«Árbol Palpitante al anochecer»; una de las obras más oníricas de Juliana Guepardi hasta el momento…; sale a la venta por setecientos euros y lleva de regalo una alfombra de salón de cuento no menos onírico… El dinero lo intentaremos guardar para el mantenimiento de una galería de arte, en la que recibamos a artistas sensibilizados con las consecuencias del cambio climático. Escribir a: juliurreaortega@gmail.com

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Al sonar el teléfono Carlo Magnánimo experimenta el escalofrío de la sirena del bombardeo.

_ Dígame- pide serio el guardián del hogar azotado por la real sirena fantasma.

_ A lo mejor subo ahora por la mañana. ¿Habéis empezado a embalar?-, pregunta doña Elvira como una recatada jefa de administración de grandes almacenes.

Published in: on May 13, 2024 at 9:10 pm  Deja un comentario  

Sale a la venta una obra cumbre del surrealismo actual por setecientos euros; «Fornido primitivo del hielo que perdió el rumbo»… Lleva de regalo una máquina de coser decimonónica «Singer»… Ahorraremos el dinero para seguir inmortalizando al viajero del hielo en forma de juguete biodegradable…, y así hasta conseguir abrir las puertas de un museo invernadero para filósofos futurianos de laberíntico sentido estético. Escribir a: juliurreaortega@gmail.com

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_ Es un poeta superdotado- pone voz al silencio ensimismado Juan Jilguero Alvado.

_ No lo diga muy alto que a la mejor nos está escuchando. Le hablo así porque es mi razón para leer a Valentín tan profunda, que a veces pienso que si respiro es porque él está escribiendo-, confiesa Juliana el misterio que la mantiene palpitante.

_ Lo de ser una admiradora tan intensa carece de originalidad, se lo digo yo que he conocido muchos artistas-, da su parecer Jesús Cristal con melodía de elegante ironía.

_ Por sí acaso tiene razón señor Cristal a usted le hago la primera pregunta. Que los demás tomen la palabra en tertulia fraternal cada vez que crean que pueden mejorar el discurso-, deja Juliana después de descruzar las robustas piernas de cuerpo esbelto el librito de hojas curvadas por el uso.

_ ¿Con la abstracción llegamos a la última frontera del arte manual?… ¿La abstracción artística en forma gráfica se puede considerar arte, o es solo un experimento sobre las posibilidades físicas de crear con pintura, con resultados mucho más frustrantes que lo que hemos avanzado en física teórica?

_ Mi sentimiento personal frente a la plástica que busca abstracción es que me vacía… El artista me dice fornido que ha concebido lo que no se puede ver, y es como si me estuviera tomando el pelo porque yo estoy viendo de manera física su abstracción de colores; me dice que imagina lo abstracto y no lo puede representar pero lo pinta… Es una contradicción; la pintura abstracta no es más que la desesperación de tratar de dar forma física a la Nada-, quita autoridad a cualquier otro punto de vista la entonación final del cerebral periodista cultural que es delgado como un vampiro calvo.

_ ¿Es consciente que después de escucharle más de un cubista empezará a ver buitres sobre su cabeza portando carteles cubistas que ensalcen el filosófico acto del suicidio?-, desenvaina el florete Juliana guasona en el rostro y desaforada en el verbo, y Virginia se enorgullece de querer ser filósofa política mejor que pintora.

_ Qué no se suiciden. Mejor que busquen trabajo como imagineros en la agencias espaciales-, ironiza Jesús sabedor de que por sus muchas tablas saldrá victorioso sin que se vean salpicaduras de sangre.

_ Yo nunca he sufrido ante el cubismo. La abstracción nunca ha eliminado al naturalismo porque no es la manera natural de mirar del ser humano… Qué todo al final son matemáticas, tanto las líneas como el color, vale…; pero la verdad científica es que el arte abstracto lo único que hace es disponer la geometría de otra manera. No es más que una laboriosa deformación que quiere pintar lo que no existe-, toma la palabra Paco Bombo que es de voz profunda trabajada por largos tragos espirituosos.

_ Visto así me atrevo a decir que el cubista es un místico-, toma la palabra Galindo Buena Suerte que está en la tertulia muy rapado y rasurado.

_ Esa observación me ha llegado, me la quedo, resulta inspiradora, incita a la meditación-, no tiene pudor Juliana en mostrar que es filósofa muy emotiva.

_ Va a acabar usted siendo una meditadora aburrida, no me diga, el arte abstracto es aburridísimo-, se lanza como un paladín a salvar de la quema a la bella Juan Jilguero.

_ No tenga cuidado señor Jilguero Alavado. Mi dieta para la meditación es tan variada como casi todo lo que se puede comer del Cosmos-, agradece Juliana al artista que no se conforma con vestirla que también quiere retratarla.

_ El arte abstracto no es nada más que una fantasmada gráfica-, vuelve a la carga el tremebundo periodista cultural Jesús Crital que tiene aspecto de compositor de música eléctrica para buenos chicos-. Es imposible que ningún artista visual pueda deshacerse de toda referencia representacional. Sí cierro los ojos con fuerza puedo ver burlones puntitos luminosos que son reales, que son realidad, que existen como forma geométrica en la naturaleza…; debido a mis limitaciones físicas como ser físico no he conseguido zafarme de la realidad; mi obra abstracta no es nada más que una ilustración tacaña de la realidad… De estar de verdad mi cabeza vacía ni siquiera sería capaz de pintar con tacañería.

_ Volvamos al interrogante que ha motivado la tertulia… Sí lo único que de verdad existe es el naturalismo cuyo ideal es lo que ven los ojos…, ¿no es acuchillar el precioso tiempo pasar horas y horas con un pincel…, cuando el ingenio tecnológico hace posible una copia de la realidad muy superior con solo pulsar un botón?-, pone Juliana sobre la mesa la carta de aceptar la realidad tal cual es.

_ Para mí no es que exista crisis en la representación, es que el arte manual plástico ha dejado de ser y eso duele mucho porque llevamos haciéndolo desde la era cavernaria-, brilla la sudorosa frente de Galindo.

_ No es posible representar lo irrepresentable, porque lo irrepresentable de existir en estado puro, por las leyes de la física es imposible de representar-, vuelve a tomar la palabra Jesús Cristal como un juez de púlpito que haya decidido dedicarse a la alta política.

_ ¿Son los abstractos entonces unos negadores de la imagen?-, mira al resto de los contertulios la moderadora de cabello reluciente.

Representan la realidad eliminando la realidad y alegan que su arte es sublime. Eso es irracionalismo. De no poder ver con claridad lo bello nunca hubiera tomado los pinceles. Existe la realidad que aparece en las películas fotográficas no trucadas; pintar la fotografía de un paisaje sentado en casa y pintar el paisaje sentado en el mismo paisaje de lo mismo. Existe la realidad visual a secas, no existe la hiperrealidad en ningún paisaje que cada ser vivo interpreta según la suerte de la historia evolutiva de su especie… La Realidad Sublime con la que sacan pecho los abstractos para agitar la bandera no es más que un constructo pseudopoético-, echa a la espalda Paco Bombo la triste melena canosa que le cuelga desde la mitad de la calva.

_Se nos está acabando el tiempo que otros han dictaminado para la búsqueda filosófica tertuliana, y aunque hemos empezado por el final de la historia del arte para atajar, he de confesar… que no sé si me excita más un dibujo o una pintura realizados por un amante del cuerpo laborioso, o ese mismo motivo inmortalizado por un fotógrafo de los que detienen el tiempo-, es el ánimo de la aventurera atraer toda la atención que pueda recordar de esta irrepetible parte del viaje.

_ ¡¡Un poema!!- suena a ruego imperativo la exclamación de Virginia que pone a la amada de fatigas colorada.

Sin hacerse de rogar, la que no deja descansar la pluma de Valentín, lanza la pequeña mano de dedos gorditos de gran sensualidad renacentista, y segura de la estelar manera en la que vive abre el libro de hojas rizadas y amarillentas.

Me ha visitado Lola Suprema,

me quiere vender un cuadro la reina de la abstracción,

me dice que hay nubes,

me regala que al cielo le ponga yo los colores…

Te vendo la posibilidad de traspasar la frontera,

puedes ver en mi arte más allá de los colores…

Es mi tela blanca abstracción cósmica,

es la libertad de la mente en blanco,

… es ver… lo que nadie por tí puede ver.

_ ¡Más que pintora parece una sacerdotisa la visitadora Lola!-, exclama Juan Jilguero.

_ Pinta lo sublime y no necesita ni líneas ni colores-, abunda Julliana Guepardi embriagada de guasa por lo extraordinario.

_ Lo de disponer las líneas y el color de un modo distinto al que ordena la naturaleza es de abstractos de parvulario, Lola Suprema vende el cuadro de la infinitud en que la mente se pierde-, saca a todos de dudas el historiador del arte de lánguida mirada Galindo Buena Suerte.

El sentimiento de que le estaba siendo infiel a Charo ralentizó los movimientos de Virginia. Los tertulianos y la moderadora salieron por una discreta puerta en dirección contraria a la que ellas por ser público debían usar.

A los pocos minutos de andar obnubilada con la música del martilleante silencio del interior del cráneo, Virginia detuvo los pies en mitad del pasillo con ventanas a los jardines interiores. La exposición de esculturas hacía del verdor doméstico un templo para no parar de contar cuentos.

_ ¿No te gustaría que habláramos con ella?…, para empezar a rodar como comunicadoras podría ser un buen enlace-, pregunta Virginia consciente de la interna reacción eléctrica que le produce la inseguridad.

_ Hablar de qué… No ha dicho nada extraordinario… Que tiene mucho magnetismo erótico y quieres acercarte-, quita Charo sin pudor el velo de su fogosa compañera.

_ ¿No seas mal pensada! ¡Es ella, no es una ficción, viaja en máquinas del tiempo!-, exclama la pintora en el pico de la montaña de la duda existencial que agranda el laberinto con lo que sabe de la realidad y la ficción.

_ Ya no la encontraremos, estamos dentro de una obra arquitectónica gigantesca… No la necesitas. Ella es una fantasía y yo soy de verdad-, besa Charo a Virginia justo en la comisura del labio-… Lo que sí podemos hacer es bajar al jardín, pasear por entre las esculturas, y cuando nos cansemos nos sentamos a contemplar el cielo que deja ver el tejado de cristal… Ahora comprendo la poesía…, para qué me hace falta pintar las nubes si ya están pintadas.

Pasearon por entre colecciones de quimeras que nos se movían pero que parecían vivas. Se sentaron con jocosa temeridad en el sembrado de muertos vivientes. Rodeadas de manos desgarrando la tierra carcajearon. Para las cabezas que asomaban el escultor había trabajado con mucho empeño cosmopolita. Las diferentes facciones y los diferentes peinados de los diferentes habitantes del globo, hacían de la obra de arte un cementerio universal, en el que lo que no habían muerto del todo, seguían en contacto por el dramático desgarro del rostro que asomaba al aire.

Los demás visitantes ociosos las contemplaban durante largos ratos como si fueran ellas mismas estatuas pintadas de color,… ninguno se atrevía a dirigirse a ellas…

Pasó por delante sin prestarles más atención atención que a las estatuas del camino la musa Juliana Guepardi sin el vestido de flores y sin las sandalias de plataforma.

_ Es ella…, parece que va disfrazada de piloto de combate-, reconoce al primer golpe de vista Virginia.

Charo observa con atención el paso lento con que la meditativa filósofa recorre el macabro semblado que es una farsa artística.

_ Se nota que se está despidiendo del lugar antes de reemprender el viaje. Aquí cerca hay una máquina del tiempo, vamos a seguirla sin que se dé cuenta-, empieza a levantarse con movimiento lento Virginia.

_ Nos seas imprudente. No es nada más que una estrella mimada de los medios de comunicación que le gusta vestir de manera extravagante-, toma Charo la muñeca de Virginia desde la posición de sentada.

_ No seas tú tan miedosa que esta es una oportunidad de oro para que cambie nuestra vida-, toma a su vez Virginia la mano de Charo y tira de ella para que se levante.

_ Pero cómo va a tener aquí aparcada una máquina del tiempo si está el parque lleno de gente-, apela al sentido común la filósofa Charo que nunca encontró en la ciencia ficción nada más que pesadilla.

_ Este lugar está lleno con las formas de muchas corporeidades y de muchos objetos. Su transporte está aquí escondido porque pasa por una extravagancia artística más-, da acelerada una respuesta de insuperable lógica novelesca Virginia.

_ ¿Y sí no es ella?, solo la has visto en una fotografía semidesnuda y de perfil-, insiste la filósofa Charo en no dejarse llevar por la frustrante y traidora fantasía.

_ ¡Cómo puedes negar la evidencia gallinácea, se mueve como canta sobre ella Valentín!-, reprende Virginia muy cerca del rostro de Charo sin levantar la voz.

_ Va a dar la vuelta al seto. Sí no te levantas ya y empezamos a andar…-, vuelve a tirar Virginia con fuerza de ambas manos de la temerosa esposa y consigue que se levante.

Después de sortear las manos de los muertos vivientes que no las han agarrado por poco, como niñas alertadas en una excursión ralentizan el paso…, y llegan al lugar en que dejaron de ver a la misteriosa pantera… Parece que es cosa del director de la película de un sueño. Las paseantes amantes del arte, no es que se hayan vuelto invisibles, sino que rápido han perdido el interés por lo que imita la materia viviente.

_ Aquella es la nave. Parece un reloj de arena tumbado… Genial…, ha dejado a la espera la máquina en el taller de un relojero gigante-, sonríe Virginia a la colosal estatua del viejo artesano encorvado en lo suyo.

_ ¿Cómo puedes estar tan segura si esto está lleno de falsos ingenios?-, pregunta dividida entre el asombro y el miedo la voraz lectora Charo.

_ Porque quiero viajar como nunca antes lo había deseado y ella lo sabe-, contesta Virginia poseída por el misterio con toda la vitalidad del alma en los ojos.

_ ¿Me protegerás de ella?-, pregunta Charo a la intrépida y le avergüenza sentirse doncella.

_ No es a mí a quién desea amar. Puedes seguirme tranquila. Necesita más de una compañera de viaje- acaricia Virginia con sonrisa paladina.

_ ¿Y tengo que creerme que de repente te has vuelto telépata?-, discurren lágrimas por las mejillas de la juiciosa filósofa con aspecto de dulce infanta.

_ Creer en el futuro es creer en la vida… Ella ha venido desde el futuro de otro universo… Lo poco que me ha dado tiempo a leer de Valentín me está siendo de mucho provecho… Ella nos dará mucha más lectura-, vuelve Virginia la cabeza hacia el reloj de arena tumbado…, para ellas se abre la pequeña puerta que divide la máquina en dos.

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Published in: on May 12, 2024 at 4:30 pm  Deja un comentario  

«Soy de los que bailan a pecho descubierto»

«Soy de los que bailan a pecho descubierto». El fibroso bailarín acampanado sale a la venta por seiscientos euros. Lleva de regalo una silla ergonómica para trabajar arrodillado recomendada por fisioterapeutas… La editorial virtual «GATO VERDE» creada por Valentín de la Esbelta Gata se financia con la obra plástica de la genial Juliana Guepardi… Los lectores del imaginativo filósofo pueden escribir a: juliurreaortega@gmail.com

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Virginia y Charo aspiran al liderazgo político, se sienten capaces de reformular la Teoría Libertaria justo antes de que dé comienzo la era de internet, caminan muy despiertas hasta el Palacio de Conferencias Universales.

El gigantesco edificio está rodeado de fuentes minimalistas que decoran el aire con geométricos chorros, del mismo modo agrandarán el decorado las luces de colores cuando empiece a caer la tarde.

La entrada a la tertulia es libre, el aforo limitado, las recién casadas van adelantando viandantes porque no quieren quedarse fuera.

Después de pasar con movimiento y gesto dócil los controles de seguridad, una de las vigilantes les indica la planta a la que deben acceder, recorren los animados pasillos enmoquetados de negro como si su presencia fuera principal.

En el salón con fotografías y documentos enmarcados de los matemáticos que han hecho historia, miran disimuladamente a los invitados como el psicólogo obseso e impenitente. Todos intercambian bromas con la sonriente moderadora que a la mayoría les llega a la altura del pecho. Regala sensualidad exquisita cubierta la piel con un vestido corto ceñido de grandes flores. La melena es leonina, los ojos enormes, se mueve cual elegante bailarina de todos los tiempos, escucha a unos, a otros les da más argumentos que aviven la llama del debate… Virginia no puede dejar de mirar como si la hubiera absorbido la escena de una película, Charo celosa tira de ella para encaminarla hacia lo más discreto de la sala. A los quince minutos ya no coge más público, a sus espaldas cierran las silenciosas puertas con ventana de submarino. No tarda en aparecer Juliana Guepardi con sandalias de plataforma por la puerta secreta del escenario seguida de los que se supone eruditos.

Al sentarse la diva filósofa cruza las redondas piernas resuelta y coqueta con la cabeza puesta en todo lo que tiene que preguntar. Por la manera en que cuelga la melena, la posición de los brazos al sujetar los papeles, y la estampa de perfil del cuerpecillo que hace de ella una irresistible agente secreto de política fantástica, Virginia se da cuenta de que está frente a la aventurera enamorada de Valentín de la Esbelta Gata, la romántica que piensa buscar al Homogato hasta el fin de la eternidad.

La aspirante a política profesional con pinceles en crisis sabe que su pareja está pendiente de ella. Prefiere no hacer ningún comentario hasta que termine la tertuliana.

_ Muy buenas tardes-, alarga Juliana el tiempo de sonoridad de la última palabra como una simpática cantante de multitudes-. Les agradezco su presencia, estoy muy contenta, esta sala que nos transporta al espacio exterior sin movernos del sitio está llena-, se explaya y sonríe en todas las direcciones iluminada de manera estratégica por los técnicos la arrebatadora comunicadora.

_ En esta tarde de pensamiento nos preguntamos…-, hace una pausa premeditada la musa de grandes ojos verde aceituna sin dejar de mirar invitadora a la audiencia-; si el arte manual es algo acabado aunque se haya vuelto figurativo, aunque sea para cada artista plástico como la caligrafía personal.

Guarda silencio la filósofa para que coga cuerpo la pregunta…, y continúa con modulada voz acogedora.

_ Para tratar de encontrar alguna respuesta está con nosotros el historiador del arte Galindo Buena Suerte, que además de dar clases en la Universidad Filósofo Serafín, ha escrito una enciclopedia sobre el tema de veinte volúmenes… Buenas tardes señor Galindo. Se le nota en el gesto que ha venido con ganas de hablar mucho-, tira la filósofa de la larga lengua del que no desiste en intentar seducirla.

_ Buenas tardes Juliana. No te equivocas con respecto a mis intenciones, porque he perdido la cuenta de los años que llevo recopilando pruebas emocionales que demuestran…, que el arte que nace en el cerebro del hombre y podemos ver por la destreza de su singular mano, nunca podrá ser superado en intensidad espiritual por ninguna máquina-, sienta cátedra Galindo Buena Suerte que posee la estética del malo de una película de vaqueros del lejano oeste.

_ Muy interesante. Pienso escucharle con mucha atención-, es imán para los asistentes la primera impresión de Juliana.

_ También está con nosotros el filósofo y pintor surrealista Paco Bombo, icono en nuestros días saturados de imágenes, por atrapar esencias oníricas a pinceladas que está convencido a ninguna máquina se le podrán ocurrir jamás-, hace la filósofa Juliana una afectuosa presentación transcendente.

_ Buenas Tardes. Vivimos rodeados de imágenes pero no todas se contemplan de la misma manera-, añade el filósofo Bombo y desliza las gafas por el tabique de la afilada nariz.

La presentadora aplaude la ocurrencia con sonrisa de dientes relucientes. Muy profesional, bien entrenada en cómo sacarle partido al tiempo televisado, presenta a otro alegre contertulio a su vera derecha.

_ Y el periodista cultural Jesús Cristal especializado en arte plástico, nos dará su valerosa opinión fundamentada en todos los años que lleva entrevistando a toda clase de artistas de la imagen. Buenas tardes Jesús-, asiente con la barbilla a modo de gentil reverencia Juliana.

_ Muy buenas tardes a todos-, no hace comentario de introducción el invitado porque se reserva.

_ Por último alguien que sabe mucho de la practicidad del arte y del arte en movimiento, el diseñador de moda, dibujante todo terreno y fotógrafo, Juan Jilguero Alabado. Muy buenas tardes… ¿Le gusta como me queda el vestido que me ha regalado para la ocasión?-, pregunta la coqueta pensadora al que sabe mucho de promoción.

_ A la más escultural de las replicantes no le sentaría mejor- arrechucha con amoroso ademán Jilguero.

_ Bueno…- deja en suspenso la alagada seductora inclinándose hacia delante-. Me van a permitir que lea un verso Homogatino para que caliente nuestros dialécticos cerebros,… y según cómo avance la conjunta reflexión, en el caso de que necesitemos tragos de inspiración…, con mi mejor entonación lírica les recitaré más de mi poeta predilecto-, hace cómplices del misterio con rostro de pantera de tebeo la atrayente mutante.

_ Solo hay un poeta que escriba versos Homogatinos. Al sentarse y cruzar las piernas la he reconocido. Es ella, la musa de Valentín de la Esbelta Gata que viaja por el Multicosmos enamorada-, susurra Virginia a Charo con el discreto dramatismo de una cazadora de vampiros.

Del torbellino del devenir

no deja de nacer la historia.

El último en llegar saca el pecho moderno,

es tan pretencioso, que burlón,

a todo lo que ha habido antes

reta a florete.

Látigo posmoderno,

contemporaneidad interminable,

de tanto progreso en el instante presente

parece que no existiera el futuro.

Posmoderno soy,

posmoderno me enguiré…,

y en posmoderno me reconvertiré.

_ ¿Es suficiente inspiración o necesitan que les lea otro más?-, pregunta Juliana Guepardi mostrando los dientes tentadora.

_ Me tomo la pretenciosa licencia de pedir por los demás presentes, lea otro sin cohibirse-, contesta Paco Bombo que es calvo en el centro y melenudo en la colleja.

Gerreó el posmoderno con el posmoderno,

inevitablemente se convirtió en posmoderno…

¡Soy después de ahora mismo!

¡Soy extraña lógica cósmica!

¡Soy la permanente superación de cada instante!…

no me queda otro remedio

que el renacer del tiempo que continúa;

Soy porque el Multicosmos sigue siendo.

Un escuchante aplaude espontáneo, otros le imitan.

_ Sí quieren leo el penúltimo antes de empezar a preguntar a los eruditos-, se dirige Juliana al público en pose de cercana maestra de ceremonias.

La encendida exclamación colectiva coloca en posición de lectura a la musa que embellece el tiempo escurridizo.

Mi origen es antiguo,

mi vida es moderna,

… soy del ayer y de hoy,

soy la permanente sospecha.

Insomne moderno,

director del cósmico teatro,

… entra y sale de la lavadora sin descanso

el selvatico disfraz posmodernista…,

silenciosa la pantera

entre rascacielos tecnológicos.

_ ¡¡Otro!!- exclama Virginia sin permitir a la musa que recita circunspecta tiempo de recuperación.

Juliana levanta la mirada del escrito y busca sonriente el lugar del que ha surgido la sonora petición.

_ El último de momento. Nos hemos reunido para una tertulia, no para un recital-, tiene a bien la filósofa y devuelve la mirada al gastado librito de bolsillo.

Muero y vuelvo a nacer

… así es la vida naciente

es la fuerza natural del tiempo que persiste…;

¿es acaso la existencia temporal la negación de la nada?

Al nihilista posmoderno sublimo,

a la Nada llego multicolor,

juego a la peonza,

pongo remolinos de colores

en la Nada y su espacio vacío.

Published in: on May 11, 2024 at 9:10 pm  Deja un comentario  

La superheroína «Onírica», guardiana insomne del arte pop,… está en venta por seiscientos euros; lleva de regalo un reproductor de cintas de vídeo y una máquina de escribir eléctrica… Dibujito ideal para estampar en una sudadera y triunfar en la discoteca y el gimnasio. Escribir a: juliurreaortega@gamil.com

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_ Es de una editorial. Viene a tu nombre-, mueve Marcela como si fuera un banderín el sobre tamaño revista.

_ Mejor que abrirlo lo echamos directamente al contenedor que es muy importante el reciclaje continuo de papel-, sugiere Diana devolviendo la vista a lo planes de estudio de ULCEP.

_ No seas así hermana. Cómo romántica debes de pensar que no todos los editores son tan caraduras que dan largas a la hora de devolver el manuscrito, aunque quieran que tú pagues la edición y que tus derechos de autor sean irrisorios-, ironiza Marcela que desde que ha nacido no ha dejado de navegar en el barco de Diana.

_ Cómo romántica de lo que me acuerdo después del chasco, es que los muy apañados te devolvieron el manuscrito en el mismo sobre que lo recibieron.

_ Lo abriré yo entonces-, pasa a la acción Marcela con una sonrisita recelosa, que protegerá de decepciones aunque el corazón palpite y el pulso tiemble por no perder la esperanza.

_ Sociedad de Nuevos Autores Ilustrados… De la emoción me siento una enciclopedista y no puedo continuar leyendo-, pone Marcela la carta de presentación y el contrato sobre el desordenado escritorio en el que su hermana gemela meditaba sobre el porvenir.

Diana fija la mirada en el logotipo de la editorial, porque según su gusto es de los que hacen afición a la cultura; un esbelto lector vestido de época de pelucón empolvado, lee frente a una enorme ventana con las posaderas apoyadas en la mesa…

Estimada señora:

Como continuación a su envío del presente mes y tras haberlo estudiado, le confirmo que su manuscrito titulado «Rosalinda», ha acaparado toda nuestra atención.

Pensamos editar una nueva obra de doscientas cincuenta páginas. Nos haremos cargo de la realización de la edición de lanzamiento en trescientos ejemplares y las reediciones en función de la demanda efectiva.

Diana salta todas las cláusulas del contrato que sería exceso leer en voz alta, y pasa a la desorbitada cantidad de dinero que con rebuscada amabilidad suficiente le piden…

Las gemelas estallan en una grotesca carcajada despiadada para con toda la letra impresa. La aludida por escrito mecanografiado, segura en espíritu de que la letra verdadera es la del puño que dibuja, resalta el poco original detalle, de que la pasta hay que enviarla a los socios que se hacen llamar Nuevos Autores Ilustrados…

_ A recepción podemos dar comienzo a los trabajos. Sin otro particular aprovecho la ocasión para saludarla muy atentamente… ¿Será esto legal…?-, pregunta Diana a su hermana que sabe tanto de jurisprudencia como ella.

_ Si hay tantos que lo hacen con tanto descaro será legal-, contesta sin necesidad de pararse a pensar Marcela y después alarga el rostro-… Les interesa mucho tu manuscrito pero no quieren arriesgar ni una moneda.

_ Pues me parece bien que se gasten el dinero en cosas más provechosas porque yo por mi parte me voy a empezar a formar como parapsicóloga-, mira Diana retadora a Marcela sonriendo burlona.

_ ¿Lo dices en serio?… No ha vuelto a aparecer el espectro de la rolliza-, recuerda Marcela a su atrevida hermana los recientes días de desilusión.

_ Se está reservando para el día que Tomasa ha elegido para el contacto que cambiará nuestras vidas-, contesta Diana a la manera de un guionista cinematográfico que no pena por la escasa originalidad de los diálogos.

_ Tú eres mucho mejor escritora que esa ramplonada- niega lo que escucha Marcela.

_ ¡Qué ya no soy escritora, estoy esperando que vuelva a aparecer la rolliza para que me apadrine en la nueva profesión!

_ La verdad es que empiezo a creer que tienes razón. Mejor vivirlo que escribirlo… Sí la aparecida nos cuenta lo que sucedió por la boca de Tomasa Peña…, yo también me hago parapsicóloga-, comparte Marcela la pasión por el misterio con el ser más allegado que conoce en la vida mortal presente.

_ Y que Teresa nos ponga en contacto con rastreadores de fantasmas experimentados para que podamos abrir nuestro gabinete-, se siente capaz Diana de aprender a manejar la tecnología necesaria para contactar.

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La tarde anterior al amanecer elegido para la invocación, la filósofa Teresa y la médium Tomasa, repasaron cada detalle de lo que sabían.

El aspecto de Tomasa menguó el recelo de las gemelas ante la posibilidad de que se tratase de una impostora de tantas. Era la médium de cuerpo de globo, mucho pecho, y piernas largas y finas. Llevaba una gabardina de entretiempo tan abotonada que parecía no tenía cuello. Sus grandes mofletes de adolescente contrastaban con las grandes ojeras sitiadas por las largas arrugas. El pelo muy oscuro lo llevaba recogido en un moño com forma de cebolla. La boca grande, los labios finos, sobre lo demás llamaba la atención el sonido de la voz que por todo lo vivido daba fe del agotamiento que no se doblega y persiste.

Antes de que saliera el sol ya estaban las cuatro sentadas frente a la cristalera de la terraza de la cocina. La luz de la vela la movía la brisa del alba que las cuatro miraban como si la llama fuese un parlante faro.

Detenido el tiempo Tomasa guió la meditación en silencio. No tardaron en entrar en un profundo estado de relajación, las gemelas estaban habituadas a la concentración que exige la escritura, la filósofa aventurera a interminables cavilaciones.

Teresa les había explicado la tarde anterior que aunque el ente fuese a entrar en la médium, ésta necesitaba tomar tierra para contrarrestar la energía electromagnética espiritual. Las cuatro permanecían aisladas formando una cadena en silenciosa espera.

No por estar preparadas les impresionó menos que de pronto Tomasa irguiera el tronco rígida. La médium había permanecido con los ojos cerrados y los abrió con la precisión de una máquina. Adelantó la cabeza y la ladeó hacia Teresa. El temblor sacudía el cuerpo redondo vestido de elegante negro. Ninguna de las hermanas se atrevía a moverse. El inquietante temblor que mantenía a las futuras parapsicólogas petrificadas cesó. Al abrir la enorme boca Tomasa la voz gutural que escucharon no se parecía a la de la médium de voz sofocada.

_ El ente nos saluda alegre porque nos hayamos reunido. Está con nosotras porque el nivel de energía espiritual que hay en la cocina invita-, susurra Teresa con reconfortante sonrisa a las serias gemelas.

_ ¿Podemos saber cómo te llamas?- preguntó Teresa cálida.

El espíritu contestó rápido y preciso por la boca de Tomasa. Teresa a bien consigo misma en la labor de intérprete, les dio el nombre en tono de curiosidad felizmente satisfecha:

_ Dorotea.

_ ¿Por qué sigues en la ventana Dorotea? ¿Por qué sigues cayendo una y otra vez, que ocurrió?-, pregunta Teresa muy concentrada en la corporeidad de la médium.

Al contestar el ente a través del cómico físico de Tomasa las gemelas pudieron sentir su apasionada personalidad. Centraron la atención como matemáticas al intuir que sabrían más de sus gestos en vida, de su manera de moverse y de reír.

Dorotea volvió a hablar por boca de Tomasa desde el más allá. Teresa tradujo escueta:

_ Me gustaba mucho.

_ ¿Quién?- se atrevió a preguntar Diana.

_ Benjamín. Dirigía un bufete de abogados-, vuelve a interpretar Teresa el sonido humano del ente.

_ ¿Estabas enamorada de él?-, pregunta Marcela con atrevimiento parejo al de su hermana.

_ Sí… La explosión impidió que nos casaramos-, contesta Teresa después de unos dilatados segundos de asimilación.

_ ¿Llegasteis a salir juntos, a ser novios, a intimar?-, pregunta Diana como una voraz presentadora de televisión.

_ No dió tiempo, pero nos hubiéramos casado… Los terroristas me mataron-, vuelve a interpretar Teresa transmitiendo la médium en el rostro y en el temblor del cuerpo la pena de Dorotea.

_ ¿El ruido de la explosión te asustó y caíste?-, deduce Marcela acompañando en el sentimiento al ente que no ve.

_ Sí… y hubo más muertos-, suenan a pena las palabras de Teresa ante las lágrimas ajenas de Tomasa.

_ ¿Cómo se llamaba el perrito?-, pregunta Diana con el interés de una historiadora de cuentos.

_ Lobito- consigue entender Teresa aunque las lágrimas de la médium arrecian.

_ ¿Por qué vemos también su espectro?-, pregunta Marcela con el ánimo del meticuloso periodista de temple-. ¿Tampoco él quería morir, le hubiera gustado conocer a tus hijos?

_ Murió de pena al poco de desaparecer yo-, satisface la curiosidad Teresa sobrecogida por la mirada de Dorotea en los ojos de la médium.

El resplandor en la ventana aumenta. No es una claridad cegadora ni tampoco el calor es abrasador. Las cuatro ven al espectro de Dorotea enjugándose las lágrimas sonriente y a Lobito ladrar alegre a su vera. Ninguna parpadea. Dorotea graciosa en movimiento hace un medio giro para mostrarles una entrada de ciencia ficción. La nave espacial adueñada del instante espera comprobar el afán de conocimiento de la filósofa, la intensidad de la curiosidad de las imaginativas gemelas, la pasión por la existencia más allá del cuerpo físico de la médium.

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Published in: on May 9, 2024 at 9:08 pm  Deja un comentario  

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El lagartija no sabe dónde esconderse para no escuchar la sirena fantasma. Conecta la radio…

_ La operación no garantiza que se deje de escuchar el sonido agresor. El corte del nervio auditivo destruye el oído y la mayoría de las veces no desaparece el tinnitus-, explica comprometido con el problema un especialista cuyo nombre Andrés no quiere conocer y desconecta la radio.

A los pocos segundos la sirena fantasma vuelve a adueñarse del silencio. El Lagartija recorre veloz el salón. La hiperactividad le pone peor. Lo único que se le ocurre para defenderse es volver a conectar la radio. Gira la rueda del dial.

_ En este país tenemos desde siempre fama de ser un pueblo alegre; ¿por qué aumenta el consumo de antidepresivos?, ¿llegaremos a consumirlos con la ligereza que se toma una aspirina?-, pregunta la comunicadora Rebolledo más poderosa que si hablara desde el púlpito.

_ La venta de antidepresivos y ansiolíticos se ha multiplicado por cuatro y por cinco respectivamente. Los psicofármacos son los medicamentos en que más dinero gasta la sanidad pública-, informa advirtiendo de la apocalipsis la líder de audiencia.

_ ¿En todas las épocas ha sido la humanidad tan vulnerable? ¿Por la manera en que vivimos en la actualidad la sociedad se está psiquiatrizando? ¿Sí el desarrollo tecnológico y la evolución de las costumbres, procuran una vida más cómoda y placentera, por qué entonces hay más problemas psiquiátricos de todo tipo? ¿Es el precio que tiene que pagar el hombre del nuevo milenio ante lo vertiginoso del cambio cotidiano?… Para intentar contestar a estas preguntas y muchas más está con nosotros el psiquiatra Ignacio Albornoz y la psicóloga clínica Vanesa Tomateros. Muy buenas noches a los dos-, saluda vital y afectuosa la presentadora notándose las ganas que tiene de entrar en materia.

_ Me van a permitir la licencia de que siga con la extensa introducción para que ahonden en el mar extenso-, suelta la melena poética la suspicaz locutora-…, y en la última media hora de programa daremos paso a las llamadas de los escuchantes que anden con el ánimo atribulado-, para la líder Rebolledo casi no hay nada que no pueda ser confesado.

_ Dentro de las ciencias del comportamiento hay dos corrientes principales; la biologicista, que aborda los problemas mentales desde el punto de vista orgánico, y la psíquica espiritual, que contempla los desórdenes emocionales con método perspectivista, esto es que tanto hay que estudiar el ambiente que nos rodea, como nuestro pasado y el estado de ánimo del día a día…-, hace un alto la acelerada Rebolledo al sentirse por un instante saturada-. En fin, que intentaremos empezar a enterarnos, porque en este país privilegiado de mucho sol y mucha playa, cada vez son más los ciudadanos que reciben tratamiento psicofarmacológico con todo lo que ello supone.

_ Doctor Ignacio; cada día más pacientes exigen que les receten pastillas que les resuelvan los problemas de un plumazo-, pide opinión cualificada Rebolledo en labores de compromiso con la salud pública.

_ Lamentablemente así es. Muchos pacientes vienen a la consulta en busca del medicamento panacea que les ayude a sobrellevar los problemas cotidianos… Como médico he de decir que la ciencia que practico no está pensada para resolver problemas sociales. Los problemas que nuestros abuelos resolvían por sí mismos nosotros los psiquiatrizamos; a mi juicio es un error grave de consecuencias impredecibles… No se puede llamar depresión a problemas que se pueden solucionar con palabras; hay que tener el valor de ser sinceros y hablar sin tapujos-, por la entonación consigue Ignacio efecto de trascendencia.

_ Doctora Tomateros-, no pierde el tiempo Rebolledo que desea una noche de higiene mental intensa.

_ Los problemas psicológicos son tan variados como todo lo que escriben los literatos. El médico de cabecera no es el profesional formado para el permanente comentario de texto, que se me entienda la expresión-, hace notar grave la doctora.

_ Se ha entendido muy bien señora Tomateros. Cada hijo de vecino está deprimido por un motivo diferente-, agrega vivaracha la montaraz directora del programa.

_ No me gustaría parecer frívola porque según las estadísticas el diez por ciento de la población en nuestro país padece depresión. No por nada ocupa el número uno de las enfermedades mentales en el mundo, y en esto sí que están de acuerdo los especialistas, en lo que no coincidimos en muchas ocasiones es en el diagnóstico de la depresión-, hace Tomateros una pausa que aumenta la expectación-… La hipótesis de que en el cerebro de los enfermos se produce algún desarreglo en los neurotransmisores o una interpretación biológico mecanicista a la que suelen tener querencia los profesionales con menos inquietud mística… Otros investigan más a fondo los sucesos acaecidos en las vidas de los diferentes pacientes, se interesan más por las personalidades particulares, porque cada persona es un universo a la hora de sentir e intelectualizar lo que vive, y según cómo sea su manera de tomar conciencia del mundo se deprimirá o no sí hay alteración emocional- espiritual, su manera de manifestarse a nivel físico es la alteración de la química cerebral… Cuando la física de nuestro cerebro no es la que debería de ser por haberse desencadenado un proceso depresivo, estamos ante un desarreglo muy serio que puede conducir al suicidio. El tratamiento medicamentoso es fundamental…

El Lagartija desconecta la radio. Combatirá la sirena fantasma con tapones en los oídos, y no escuchará nada más que música pensada para la relajación. De lo que ocurra en el mundo se enterara por la prensa escrita, ejercicio en el que pasará largas horas en los parques.

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Published in: on May 8, 2024 at 9:12 pm  Deja un comentario  

Somos futurianos. Somos artistas. Creamos mitología… Buscamos fabricantes de juguetes que reproduzcan por miles este inquietante personaje de Valentín de la Esbelta Gata… El dibujo original sale a la venta por quinientos euros; lleva de regalo un teléfono móvil. Escribir a: juliurreaortega@gmail.com

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Hacía tres semanas desde la última vez que hablaron por teléfono. De poco le valía a Carlo Magnánimo desayunar con la voluntad puesta en no temer lo peor. Antes de terminar el tazón de leche, abrió doña Elvira la puerta reforzada y la cerró anunciando su presencia.

_ ¿No me preguntas cómo estoy?-, alza la voz la dueña de la casa ataviada con chaqueta y falda de rombos de arlequín.

_ Ya sé que tienes la sirena metida en el oído, no hace falta que me repitas la desvelante cantinela-, pena el hijo el no ser diminuto para poder esconderse como solo es posible en los cuentos.

_ Eres malo, eres un ingrato- califica doña Elvira de camino a la habitación en la que esperan estatuillas sacras.

Carlo Magnánimo regresa del cuarto de la tesina doctoral con el borrador de la carta para el Defensor del Pueblo.

Elvira coge el papel, se esfuerza en leerlo, a los pocos segundos arruga el ceño regia, y con gran despecto lo arroja en la cama.

_ ¡Bah, qué me das a mí!…, para lo que pinto.

_ ¿Has traído la dirección?

_ ¡Sí la he traído la he traído, ahora te la doy!-, exclama estridente Elvira-. Déjame que acabe de hacer lo que estoy haciendo. Tengo todas mis cosas abandonadas… A quién se le diga que con la edad que tengo… ¡Lo que me está tocando aguantar Dios mío!, ¡¡con todo lo que llevo ya tragado en esta vida!!-, sublima el rizar el rizo de los penantes doña Elvira.

Vuelve Carlo a la alcoba de la religiosa después de un micro paseo sedante y pregunta templado:

_ ¿Has traído los informes médicos, te ha firmado los papeles el psiquiatra?… Antes de que termine la semana quiero ir al juzgado.

_ No me ha querido hacer nada hijo- contesta doña Elvira frustrada-… Usted tómese la medicación, ponga la denuncia, que si llega el momento ya veremos lo que se puede hacer-, utiliza la madre el juicioso tono de suficiencia del especialista en salud mental.

_ Medicar a la paciente para que se olvide del problema siendo testigo en primera fila de la agresión-, divaga a dos pasos de la gritona madre el sociólogo renegado.

_ Puedes estar tranquilo porque las pastillas que me receta no me las tomo.

_ Los partes del otorrino si que los tienes…

_ Sí…, y las facturas del naturópata también-, contesta apocada la madre con los ojos en las estatuillas reproducidas de forma industrial.

_ Y dale con las facturas de los suplementos que te receta el naturópata; qué eso no es una prueba, qué eso no lo va a valorar el juez.

_ ¡Y tú qué sabes, ¿eres jurista?!… Lleva todo que yo sabré explicar con mucho detalle-, bronca doña Elvira como si en la última inspiración hubiera inhalado al maligno.

_ Sí pudieras ver el rictus que se te pone a lo mejor te esforzabas más en guardar las formas-, baja el disgusto al mínimo la entonación del hijo.

_ Toma anda, he traído un montón de papeles… Estoy hecha polvo y no te quieres enterar-, es de reproche la irritada condescendencia de doña Elvira.

_ Dame solo los partes del otorrino y la dirección a la que tengo que escribir al Defensor-, replica Carlo ahorrando energía en el volumen de la voz.

La madre de movimiento folclórico sale de la habitación de los rezos cargada con una carpeta de gomas tamaño folio abombada, y empieza a sacar facturas con el logotipo de una gruesa pera.

_ Perales Salud- lee el hijo en voz alta-… Vaya millonada, debe de estar la cuenta corriente tiritando-, pasa el hijo aturdido la vista de importe en importe.

_ No me importa. Es dinero gastado en salud. Todo lo necesita mi cuerpo… Si no llega a ser por éste hombre-, deja claro a media voz la madre al hijo.

_ Ten cuidado con las cantidades que puedes correr riesgo de hipervitaminosis-, empieza a marear a Carlo la letra menuda.

_ Todo me hacía falta- arrastra la voz Elvira-. He pasado tardes enteras sin poder levantarme de la cama y no has sido capaz de llamarme.

_ Tu obligación es estar aquí- replica el hijo muy dolido.

_ Me he ido porque ya no podía más; sí me llego a quedar aquí me acaba explotando el oído y tú cómo si nada-, echa sentenciosa en cara la madre.

_ Te fuiste porque de tanto gritar perdiste el rumbo-, pone verdad en la acusación con voz segura el hijo.

_ ¡¿Qué yo grito?!, ¡¡¿qué yo grito?!!…- se encara doña Elvira-. Cállate que demasiado poco he gritado para lo que tenía que haber gritado.

_ ¡Él eligió por mí y con los años me he dado cuenta…

_ ¡¡Ah!!- corta Elvira tan gutural como despectiva- para todo tienes excusa-, deja caer la madre la pesada carpeta sobre la mesa y se da la media vuelta.

_ Desde que se murió siempre me he esforzado por las cosas que creía que eran buenas. Era muy joven…, no me tenía que haber fiado de él; no me hace sentir culpable tanta equivocación y desatino-, replica el joven científico social queriéndose a sí mismo.

Elvira bebe agua en la cocina. En las pausas más que respirar parece que relincha. Sale al salón. Al ver a Carlo tratando de comprender lo que han escrito los médicos, habla con la autoridad de la paciente que por malestares incomprendidos ha de ganarse el respeto:

_ Ya te lo dije, el tinnitus se ha juntado con la neuralgia y de todo el disgusto que llevo me ha venido el herpes… Qué anda, si no llega a ser por Pachín… Los médicos del ambulatorio te llenan de porquería y sigues con el problema.

_ ¿Panín?…

_ El naturópata… No es su nombre terrenal es su nombre cósmico- explica doña Elvira.

_ Su nombre cósmico…-, repite bajo el científico social y le cuesta centrar la atención en los productos recetados por Panín.

La matriarca entra veloz en la habitación de matrimonio, abre y cierra cajones con tanta prisa que produce estruendo. Después del sobresalto Carlo más preocupado pregunta:

_ ¿Le has enseñado todo esto al psiquiatra o al médico de cabecera?

_ ¿Y para qué se lo voy a enseñar si ya sé lo que me van a decir?- contesta Elvira indignada.

_ Que Panín haga de psicoterapeuta pase, pero que se lie a recetar…

_ ¡Yo sé lo que me va bien te enteras! ¡¡Qué estoy en el mundo en el mundo!!

_ Deja de gritar por favor, que cada vez que vienes parece que hay mitin político en el vecindario-, arroja el hijo los papeles sobre la mesa de cristal y crispa las manos.

_ ¡Me importa un pepino que se enteren los vecinos, esta es mi casa y grito porque tengo que gritar!-, pasa doña Elvira rozando la mesa que sirve de parapeto a Carlo y de la fuerza regia con que aparta la silla la tira al suelo.

_ Qué vergüenza…

_ ¡Estás acomplejao, así nos va todo de bien!

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Published in: on May 6, 2024 at 9:15 pm  Deja un comentario  

Tan clara ha salido la foto que parece celestial el erotómano cazador de mariposas voluptuosas. Dibujo pensado para estampar bandejas de desayuno de religiosos del arte moderno… Está a la venta por cuatrocientos euros. Lleva de regalo tres chaquetas de vestir de señora. Escribir a: juliurreaortega@gmail.com

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_ Madrugamos, un buen desayuno, y no creo que tengamos tan mala suerte de en tres horas no encontrar a quienes nos quieran hacer de testigos-, adelanta el buen fin de lo que para ellas será un día para recordar Virginia.

_ Me entristece tener que pedir a extraños que nos hagan de testigos. Con lo popular que eras en el campus universitario-, pone melancólica a Charo el pasado de la juventud en la que todavía se encuentran.

_ A mí no…, allí donde iba lo hacía todo muy cinematográfico, muy superficial… Lo que lamento es el tiempo perdido, al final siempre se impone la verdad de que cada cual no tiene otra opción que encontrar su propio camino.

Destempladas subieron las escaleras de la boca de metro. Vieron el cielo encapotado. De la mano subieron cuesta arriba por lo que parecía un polígono industrial hasta que llegaron a la puerta del juzgado. Ni tristes ni contentas, atentas a todos los detalles, no se soltaron ni un momento.

_ Dos encuestadoras…- señala Virginia con la mirada.

_ Están trabajando, no sé si van a querer.

Oriundos del país y extranjeros salen y entran del ancho edificio de estética penitenciaria hablando de papeles según su suerte. El movimiento circundante resulta agobiante. Espoleada por las teleseries de antes de la matrícula universitaria, a Virginia se le ocurre que mejor que importunar a las encuestadoras, pueden probar a buscar los testigos entre los inmigrantes que dejan escapar inquietantes risas.

Rápido comprueban que no ha sido una buena idea, con indolente discreción todos contestan que no quieren ser sus testigos. Virginia no hace aprecio y sale del corrillo de extraños gestos tirando suave de la mano de la fiel amada.

La luz del cielo nublado permite a la filósofa Charo ser más consciente de las chiribitas que le llenan los ojos de psicodelia, que al parpadear como sonámbula se convierten en insectos de agua.

Después de comentarle de pasada a la funcionaria que recoge los papeles, que se van a casar y todavía no han encontrado testigos, como solo son acompañadas en el sentimiento por la mirada de la que sin prisas ha comprobado los documentos, salen a la calle de la mano y llegan con pies ligeros, hasta el lugar en que las inquietas encuestadoras están a la caza…

_ Vamos a casarnos dentro de dos horas pero todavía no tenemos testigos… No creo que el enlace vaya a durar más de unos minutos; ¿podéis ayudarnos?

La más agraciada en belleza de las dos encuestadoras comprende al instante el favor que le pide la prometedora líder con humilde sonrisa, y mira a la compañera que es de estatura baja y de duros rasgos exóticos.

_ ¿Es en este edificio?- pregunta vivaracha la preguntada.

_ Sí, la entrada a la sala nupcial está en la esquina-, contesta sin titubear Virginia.

_ ¿A qué hora es?-, pregunta la joven de melena larga llevando la carpeta de encuestas al pecho.

_ A las doce, una hora discreta. Ya os digo que no creo que nos hagan perder mucho tiempo-, contesta agradeciendo de antemano Virginia.

_ Bueno vale. Nosotras no tenemos hora de salida, la jornada dura hasta que hayamos hecho las suficientes encuestas-, tiene a bien en nombre de las dos la de duros rasgos que desentonan con su alegre y vital carácter.

Se despidieron las enamoradas de las amables mujeres hasta que transcurriera una hora y media. Atravesaron un insulso parque que terminaba al llegar a un carretera que estaban alquitranando. Dieron un rodeo para no respirar las emanaciones, y llegaron sin prisa hasta una barriada de chalets.

_ En donde vivimos hay mucho ruido. Por la noche se escuchan sonidos que parecen paranormales… Aunque seamos libertarias podemos hacernos una casita de madera en…

_ Calla ya fantástica- corta Charo sin acabar de creer lo que está viviendo-… El ruido depende de la educación de los que te rodeen… Vas a tener que construir la casita en un claro de las montañas. Lo malo va a ser cuando nos olfateen los lobos y los osos.

_ Allí hay uno en venta que con muy poquita reforma se podría volver a habitar-, es el regalo de bodas de Virginia que se quiere de elevado ánimo acerado.

_ En el piso de arriba podríamos escribir los discursos-, sonríe por lo que imagina la que ha decidido ser artista de ideales.

A la hora en punto convenida se reúnen con las encuestadoras que esperan con medias sonrisas de curiosidad. Virginia les señala la puerta de la verja. Libre de penas e inseguridades comenta a las desconocidas:

_ Va a ser una boda ejemplar, una boda por amor.

_ Ninguna de las dos hemos estado nunca en una boda por lo civil-, hace saber la encuestadora de rasgos exóticos que se llama Andrea.

_ ¿De qué trabajas?- pregunta la compañera Susana que es de cabello castaño claro.

_ Soy activista política-, contesta sin dudar la que toman por un chico echado hacia delante.

Las testigos intercambian una rápida mirada interrogante, y es Andrea la que se atreve a abundar:

_ Los comienzos en la política para gente con pocos recursos son muy duros…, pero sí consiguen llegar a lo más alto se convierten en protagonistas de grande leyendas.

Virginia acaricia con el pulgar el dorso de la mano de Charo y sonríe agradecida. La novia que parece el hada de un cuento vestida de diario agradece con cómplice silencio que no le pregunten por el oficio.

En grupo entran en el edificio como si entraran en una cámara del museo de cera. Virginia en tono discreto informa al vigilante que tienen hora para casarse y muestra el documento acreditativo. El funcionario con rudo ademán les estudia durante unos segundos, a continuación estira el brazo para señalar la escalera por la que tienen que subir. Las enamoradas sin soltarse de la mano pisan al unísono el primer escalón. Paso a paso en lo que dura la ascensión son seguidas a poca distancia por las improvisadas testigos, que al respirar dejan en el aire la expectación por la experiencia que van a vivir.

Al llamar con los nudillos Virginia comprueba que la amplia puerta barnizada de oscuro que se han encontrado de frente es hueca. Sale a recibirlas una mujer de mediana edad que al verlas no puede disimular el asombro. Rápido comprueba que los papeles están en regla. Muy profesional les indica el lugar que deben de ocupar durante la ceremonia. A los pocos minutos pueden entrar las gentiles testigos…

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Debajo de un árbol escondido en un jardín cerca de la casa que en menos de tres meses ya no podrán seguir alquilando, las recién casadas entre la luz y la sombra esperan a que llegue la hora de degustar los bocadillos de tortilla de bar.

_ La manera en que nos hemos casado hasta que la muerte nos separe haría las delicias de un pintón poeta guitarrero urbano-, siente en sí Virginia la esencia libertaria en tono de modernidad.

_ ¿Y qué cantaría?-, pregunta indolente Charo aceptando la bohemia que ha de conducir al ascenso político.

_ Que lo nuestro sí que ha sido una boda más allá de las joyas de la corona.

_ Al juez no le ha parecido bien que nos presentáramos con el desaliño de la maruja que baja a por el pan una mañana de domingo.

_ Ha sido una boda de denuncia. Qué bajen la cabeza los que mueven el sistema no nosotras-, exclama la librepensadora que no tendrá luna de miel.

_ Ja ja, por nosotras van a inclinar la cabeza los devoradores de la Bolsa de Valores-, ironiza burlona la filósofa Charo disfrutando de la utopía que representan en el real teatro.

_ ¡Nosotras cantamos nuestro amor con verdadero espíritu revolucionario!-, sabe Virginia que el potro que está amamantando galopará brioso-… Lo de hoy ha sido un acto simbólico invencible, es el primer paso hacia la gloria en la epopeya.

_ Eso no lo sé porque no soy vidente,… pero lo que sí siento es que a tu lado soy tan fuerte como una bella bufona surrealista-, aplaude optimista Charo la manera en que la mirada de la amada devora el horizonte.

_ Aunque tampoco te creas que hemos permanentado el rizo de la originalidad. Una de las testigos me ha dicho después de besarme al final que conoce más gente que se ha casado así-, vuelve a la realidad que para sobrevivir exige humildad la filósofa.

_ ¿Cuál de las dos?- pregunta altiva Virginia.

_ La más bajita- contesta tranquila Charo.

_ Se han portado muy bien…; en juez no ha hecho el esfuerzo de disimular… Ahora que estoy aquí sentada felizmente casada me doy cuenta de que le agradezco el pasotismo…; las personas como nosotras intranquilizan, y él es un búho viejo, ha sabido estarse en la rama con aire parejo al nuestro-, psicoanaliza la rebelde con causa al togado.

_ Y encima al final te has atrevido a decirle que te vas a dedicar a la política-, da más razones al camuflaje del casamentero que interpreta las leyes escritas la filósofa.

_ A lo mejor cuando llegue el momento se acuerda de nosotras y nos vota-, da sentido a lo hecho casi como si exclamara Virginia.

Charo sonríe amparada por la naturaleza urbana sintetizada en el solitario parque, enamorada de la osadía que hará inmortal a la inconformista de rostro ambiguo, que espera que no la defraude, que llene la política de los mundos con nuevas combinaciones de colores.

_ La testigo de melena hechicera lo ha reconocido: Desde luego una boda tan original como esta…

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Published in: on May 5, 2024 at 9:04 pm  Deja un comentario  

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Después de desayunar Teresa llevó a las gemelas a la librería Árbol Gigante. El templo de papel esotérico estaba en la más escondida de las calles del centro de la ciudad. El escaparate lucía lleno de libros con títulos imponentes, velas, estampas místicas y seres sobrenaturales. Florinda Pastora era la dueña del archiconocido negocio, lo había heredado de su madre que también se llamaba Florinda… A Florinda madre la dejó en cinta el duque Rigoberto Altramuz en el cine de verano del Jardín de los Bohemios que él mismo mandó crear. No se dedicó Rigoberto a la política como su padre, pero sí a la especulación financiera multiplicando por muchos números la fortuna familiar cuando le llegó la edad y el momento. En varias ocasiones ostentó el título de hombre más rico del país, decían que era el verdadero gobernante de todo el vasto imperio timocrático. Su madre la duquesa Isadora fue una gran autodidacta que llenaba los días de misterio con colores de ciencias ocultas. Desde la niñez hasta la adolescencia el futuro duque acompañó a Isadora a las consultas de tarotistas, adivinos, sabios del ocultismo, cabalistas, expertos en lectura de manos, siempre hombres, era muy envidiada por su gran belleza, no se fiaba nada de las mujeres.

Y si la madre le adoraba y todo se lo enseñaba, no menos contento tuvo al recto padre al darse con tanta dedicación en los mejores años a las ciencias económicas… Pero siempre se guardó para sí el constante perfeccionamiento de las artes de la seducción. Su dietario más motivador era el que le servía para anotar el minucioso apunte de cada conquista.

En el Jardín de los Bohemios los maestros botánicos tenían siempre mucho trabajo, los escultores especializados en la figura del caballo también, ver caballos inmóviles sin jinete hacía galopar la imaginación del pintoresco aristócrata en los raptos de melancolía.

Permitía Rigoberto gustoso que en el celebrado jardín todos los años hubiese Feria de Ciencias Ocultas. Fue en una bonita primavera al comienzo del acontecimiento libresco donde la tarotista Florinda madre, vio tantas cosas en las cartas para que anduviera prevenido el duque, que fue regada hasta el fondo con todo el fuego de la hormona que inspiraban los caballos simbólicos.

Tan bien sabía darle lo suyo Florinda madre a Rigoberto hijo que durante años fue su mejor querida. Gracias a ello se ejercitó en la disciplina del ahorro con encomiable diligencia.

Antes de sumar treinta primaveras el duque ya no quiso saber más de ella, ni de su hija que de año en año era mucho más preguntona.

Sin alma de sufridora y sí de grandezas, por la fuerza de los misterios la tarotista cambió de ciudad,… e inauguró la que llegaría a ser librería de leyenda, un lugar que por años siguiese guardando su memoria.

Florinda Pastora físicamente se parecía más a Rigoberto que a su añorada madre. Peinaba media melena castaño oscuro, sus ojos eran grandes y de mirar brillante inteligente, lo que más llamaba la atención de su pictórico rostro, no era la longitud de su muy pintada boca sino lo sonrosado de sus mofletes.

Con tanta curiosidad como la miraban las gemelas, Florinda Pastora con grave amabilidad después de saludar irradiando calor metafísico a su amiga Teresa, las invitó a pasar al saloncito de lectura.

_ ¿Os da igual el sexo del médium?-, preguntó con atrayente seriedad la enigmática librera.

_ Como la aparecida es mujer yo creo que mejor una médium-, contesta Diana que desde que hablaron con Teresa no ha dejado de pensar en las muchas posibilidades.

_ Por lo que me habéis contado Tomasa Peña es la más indicada-, mira Florinda a las tres antes de dar un sorbo al té de fruta.

_ ¿Es una médium profesional?- pregunta Marcela recelosa.

_ No, desde que se casó solo ha sido ama de casa. Al morir su marido que era joyero se dio al recogimiento interior y a la meditación; fue así como descubrió que era capaz de comunicarse con los que ya no están entre nosotros-, contesta Florinda tan segura como una reputada profesional de la salud mental.

_ ¿Descubrió que era médium porque echaba de menos a su marido y le invocaba?-, investiga Diana que todo lo guarda por si vuelve a retomar el novelar.

_ Sí. No pudieron tener hijos de manera natural. A mediana edad cuando ella iba a comenzar un tratamiento de fertilidad, su marido murió en el dentista a consecuencia de los efectos de la anestesia-, refleja Florinda en el rostro lo que debió ser para Tomasa lo que relata-. Al poco de fallecer aparecía en el dormitorio todas las noches a la misma hora. Cuando dejó de visitarla ella empezó a llamarle con todo el amor,… y cada vez que penetraba en ella la dejaba limpia de pena.

Las gemelas que nunca han yacido con ningún hombre experimentan por dentro maravilla. Marcela que se recupera la primera pregunta:

_ ¿No cobra dinero porque le gusta que los espíritus la penetren?

_ No le gusta que las personas sufran porque piensen que ya nunca más volverán a estar con sus seres queridos-, responde con lo que es muy fácil de entender Florinda.

_ ¿Es una mujer culta?- pregunta Diana que cuando no escribe es lectora voraz.

_ A mí solo me compra libros de las diferentes religiones… Poco más os puedo contar, es una mujer discreta y solitaria… Hacéis bien en preguntar, entre los médiums hay mucho farsante.

_ ¿Cómo podemos saber que ella no lo es?-, pregunta Marcela echando vigorosa el tronco hacia delante.

_ Cuando entre en trance sabréis que no está fingiendo-, sonríe franca y comprensiva Florinda.

_ Solo sabemos que es lo que hace un médium por las películas que ya no vemos-, habla Diana con ojos de querer saber mucho más.

_ Los que nacen con capacidad mediunica sintonizan espiritual y físicamente con el Memorial Multicósmico que Funde Naturalezas en un Sola Vida-, habla igual que se recitara lo escrito en un texto sacro Florinda.

_ ¿Entonces hay que nacer médium, nosotras solas no nos las podríamos apañar?-, vuelve a preguntar Marcela suspicaz.

_ Toda persona psíquicamente receptiva puede conectar. En todos los nacidos hay la facultad de ver en la Gran Memoria de la Vida… Sí se niega el espíritu no se cultiva conscientemente, aunque ello no significa que no seamos personas receptivas, puede que no llevemos vida espiritual como lo hace un creyente practicante… y que seamos de una emocionalidad muy receptiva en nuestras acciones y pensamientos-, contagia Florinda parsimonia metafísica.

_ ¿Cómo podemos cultivar la facultad mediunica?-, pregunta Diana con un brillo en la mirada que da fe que grabará lo que escuche a fuego.

_ Te acabo de decir que al morir su marido Tomasa Peña empezó a meditar… Sintonizar mejor con nosotros mismos, hay que cultivar la paciencia indolente de comprender las emociones y dejarlas viajar-, sonríe suave Florinda al regalar la práctica que le es cotidiana.

_ Lo de la indolencia emocional me parece muy difícil-, se sincera Marcela con la misma agradable calma que irradia Florinda.

_ Es muy difícil definir con palabras la espiritualidad, en el ejercicio espiritual de los vivos todo es sentir-, explica la mística librera la dificultad que señala la sensible escritora-. La mente que tenemos como algo poderoso sirve al espíritu, hay que desarrollar la mente para llegar al espíritu. A través de la mente ampliamos la conciencia, comprendemos que somos espíritu cuando nos conectamos a la Memoria Universal que es más allá de la vida, que es el todo metafísico.

_ El todo metafísico…, el todo metafísico es Dios-, concluye Marcela no con poco desconcierto-… Me estoy empezando a perder entre tanto malabarismo de palabras transcendentes…, en realidad no deja de ser más que eso, juntar palabras como lo haría mucho más bonito un poeta.

_ Las palabras transcendentes nos ponen en el camino de ser conscientes de otras dimensiones, este trabajo de búsqueda espiritual nos permite saber más de quiénes somos, nos permite vislumbrar el porqué estamos otra vez en la vida terrena.

_ Según lo que nos acabas de decir todos podemos ser médiums… Cómo puedo empezar a practicar-, pregunta Diana acopiando valor para cuando llegue el momento de invocar.

_ La Gran Memoria de la Vida Multicósmica es la fundamental sustancia etérea de la Creación-, contesta Florinda con voz y ademán apostólico.

_ Lo de que todo el Universo está compuesto por éter ya lo he escuchado y leído por ahí, es muy antiguo-, apunta Diana un tanto decepcionada por la introducción.

_ Muy antiguo- asiente Florinda sonriente motivada por la réplica permanente de las gemelas.

_ El éter lo conforman las energías gaseosas que poseen propiedades vibratorias electromagnéticas distintas-, prosigue Florinda con mucho oficio de divulgadora científica-… Todo lo que hacemos, vemos, pensamos y decimos, provoca reacción; todo lo que somos emite o crea cargas energéticas en forma de vibraciones.

_ Lo que estás haciendo es darle a palabras científicas un tratamiento esotérico para que se convierta en creencia mística-, niega lo que escucha pacientosa sin perder la compostura Marcela.

_ Cada sonido que emitimos, cada pensamiento que nos moviliza y transporta, cada movimiento que produce luz…, son nuestra manera de estar en cada momento en el Multicosmos… Vivir es acción, vivir es producir vibración, y vibrar es recoger éteres electromagnéticos…

_ ¿Y sí le preguntamos a un catedrático de electromagnetismo nos va a contar lo mismo?-, es la réplica de Marcela de guasa fraternal.

_ Escucha con el ánimo que lo hace tu hermana para que las dos podáis practicar. No tienes nada que perder y sí mucho que descubrir-, replica Florinda con la paciencia del santón venerable que gusta de bromas.

Al recoger éteres se atraen todas la vibraciones…

_ Nunca moriré porque soy vibración-, se alegra Diana como la niña despierta que disfruta de un cuento que no se cree.

_ Nadie muere-, recupera con bondadosa autoridad la palabra Florinda después de la acertada interrupción-. Todo es vibración electromagnética y nosotros formamos parte del Todo. Somos seres vibracionales, somos de lo que está compuesto el Multicosmos.

_ Palabras que dan vueltas y más vueltas de fantástica transcendencia. Estoy empezando a marearme. No sé qué será de mi cabecita cuando llegue el momento de invocar a la rolliza aparecida-, al llevar la mano a la frente Marcela más parece una juiciosa escritora de ciencia ficción.

_ Te marea el empezar a tomar conciencia de la existencia del Archivo Panorámico Multicósmico, que contiene todo lo que se ha pensado, sentido y hecho en el Multicosmos que respira nuestro espíritu-, explica Florinda como recita la matriarca que cubre el picudo pecho con la santa armadura de la orden religiosa guerrera-… Aunque te cueste creerlo, el mareo que experimentas es el síntoma de que eres psíquicamente receptiva.

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Published in: on May 4, 2024 at 9:25 pm  Deja un comentario  

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Vuelve a ser de noche. El músico que no puede trabajar desde el encuentro, el único remedio para el que se siente capaz contra el misterioso silencio del tiempo, es el de encender la radio, aunque por la tragedia del laberinto que no se comprende ni en sueños, tenga que escuchar más de lo mismo.

_ Dificultades para tragar o nudo en la garganta, sensación de impaciencia, respuesta de alarma exagerada, dificultad para concentrarse, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad…, y más que no voy a leer porque no quiero que a ningún escuchante le entre una crisis…, pero sí han de meditar los que se agobian, que más del dieciséis por ciento de las urgencias hospitalarias están asociadas al trastorno de la ansiedad, ¿verdad doctora Josefina?-, pregunta Miriam Quesada embalada.

_ Verdad…, y también es verdad que para evitar sugestiones nocivas es mejor que mediten sin ser alarmistas-, da la talla ante el desparpajo de la locutora la psiquiatra.

_ ¿Qué es la ansiedad?-, hace sentir bien a Miriam preguntar decidida y con ánimo de poner remedio.

_ Es una inquietud irreal o excesiva ante las diferentes circunstancias de la vida con las que estamos obligados a convivir… Qué nadie se vaya a creer ahora, que porque pase una moto por su lado, tense los músculos y se estremezca, es un ansioso, porque eso es debido a una respuesta de defensa natural del organismo-, se explaya la psiquiatra en que la melodía de las palabras suene campechana-. Lo mismo que si estoy resfriado puedo sudar más y sentir más el frío, al tiempo que es mayor la conciencia física del pulso arterial; es normal y natural, no significa que me ronde el ataque de pánico.

_ Ya, todo esto lo ha dicho usted por los escuchantes hipocondríacos entre los que me incluyo-, muestra su debilidad sin complejo ni vergüenza Miriam.

_ Hay que aprender a distinguir cuando hay peligro y cuando no-, aclara en tono tutorial Josefina-; debemos ejercitarnos en autocontrol para distinguir lo que nos conviene.

_ No dejar que el hacer de la imaginación nos desborde-, prosigue Miriam en el mejor estilo de la analista de sueños.

_ La imaginación debe de trabajar a nuestro favor- agranda la psiquiatra la apreciación de la hiperactiva periodista-. Los síntomas del Trastorno de Ansiedad Generalizado se camuflan y entremezclan con todo lo demás que atañe a nuestro cuerpo y nuestra mente como un camaleón, por eso cuesta tanto detectarlos aún siendo evidente que el paciente lo está pasando muy mal, y no sabe cómo empezar a explicar el porqué lo está pasando tan mal… Un trastorno de ansiedad puede provocar inquietud de la noche a la mañana sin ninguna causa aparente. Es una sensación tan incómoda, que puede provocar una inseguridad tan aguda, que el trastornado para evitarla no duda en engañarse a sí mismo, renunciando o suspendiendo actividades que son imprescindibles para su vida cotidiana-, es la sonoridad con que explica la psiquiatra de exclamación.

_ Tremendo esto que nos cuenta doctora; que una persona tenga algo importante que hacer y que no se atreva porque los nervios se apoderen de la conciencia-, la entonación de Miriam delata su inseguridad.

_ Un trastorno penoso puede llegar a ser un problema grave.

Andrés desconecta la radio y de nada le sirve el cielo nocturno porque quiere taladrarlo… No le interesa el cielo, le interesa los que se esconden detrás del cielo; con ojos de terrícola que nunca ha rezado no los puede ver… Sigue sin entender el porqué si aparecieron de una forma tan luminosa y silenciosa…

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Published in: on May 2, 2024 at 9:18 pm  Deja un comentario  

El sublime artista que protagoniza una larga vida para danzar, ideado para la estampación de bandejas de desayuno para optimistas,… sale a la venta por doscientos cincuenta euros. Lleva de regalo dos chaquetas de vestir de señora. Los interesados en esta obra de humor gráfico magistral que escriban a: juliurreaortega@gmail.com

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Para que se relajase Carlo le pidió su fiel prima que preparasen juntos la comida. Él se encargó de pelar las patatas y trocearlas en láminas, ella mimó el rehogo para la gruesa rodaja de bonito.

Comieron agradecidos, paladeando cada bocado. Después reposaron en la nebulosa del amor escuchando bajito la emisora temática nacional de música clásica. Justo cuando debatían si era mejor aprovechar lo que quedaba de sol, o no salir a la calle hasta que no quedara limpia la cacharrería de la reconfortante comida, sonó sin piedad el aparato comunicador una vez más…

_ Soy yo…

_ ¿Has hablado con el psiquiatra lo que comentamos?-, repite agresivo del estómago a la garganta el tomate del bonito al desencantado aprendiz de sociólogo.

_ Hasta dentro de dos semanas no le vuelvo a ver-, contesta doña Elvira en un tono cansino que hace temer al hijo.

_ No va a dar tiempo…, el informe del psiquiatra es fundamental-, le cuesta a Carlo un enorme esfuerzo articular las palabras.

_ No te preocupes tanto por eso.

_ ¿Qué no me preocupe?; quiero denunciarle antes de salir de casa- se acalora Carlo.

_ Me han dado la dirección del Defensor del Pueblo.

_ Ya tengo desde hace tiempo preparado el borrador de una carta porque de ese tema ya hemos hablado… No es la policía ni el Defensor del Pueblo, es el juez el que tiene que dar la orden…

_ Me han dicho que ayuda a mucha gente-, interrumpe doña Elvira con pito agudo.

_ Escríbele tú. Yo lo que quiero es ir a juicio- replica Carlo Magnánimo.

_ Yo no, tú, que todo me lo dejas a mí majete, que no te das bien cuenta de la edad que tengo… Tanto librito universitario y a la hora de la verdad…

_ A la hora de la verdad…

_ ¡La verdad coño, la verdad, a la hora de la verdad siempre te llamas andana!

_ Te voy a colgar porque de la sacudida vocal me pita el oído-, es Rosalía testigo del drama con que se enrojece la tez del amado.

Al colocar el auricular en su lugar con suavidad disciplinada el ácido del tomate amaga con el vómito, el picor en la tez aliado con el tembleque de las rodillas le ponía en la piel del guerrero gallina que perdió la espada cuando salió huyendo a caballo, la frustración infinita con que le martirizaban los monótonos reproches de doña Elvira, se juntó despiadada con el ánimo del reportero novato que regresa de la indescriptible zona de guerra.

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A la hora de la cena solo coge en el estómago de Carlo Magnánimo un vaso mediano de leche. Rosalía preocupada conecta la radio y busca a drede la emisora…

_ Antonio, hoy cada vez que hables se dirá que ruges-, felicita optimista la melodiosa voz de una mujer joven.

_ No se lo digas a nadie, tengo un secreto-, contesta el tal Antonio como si fuera el hombre más feliz del mundo conocido-; he añadido al desayuno un par de cápsulas de Trigretoon.

_ Trigretoon, qué es eso- pregunta expectante la voz femenina de oficinista cándida.

_ El complemento vitamínico ideal: jalea real, ginseng, vitaminas y minerales. Todo en su justa medida para que en el trabajo te sientas como un tigre en la selva.

_ ¡¡No seas menos tigre; antes de que amanezca ya tienes que estar rugiendo en la selva!!-, exclama una tercera voz de hombre roquero cuyo nombre han decidido los publicistas carece de importancia-. ¡¡Sí estás muy cansado Tregretoon!!-, sube varias octavas la voz del roquero y de fondo sinfónico le sirve el rugir de una poderosa fiera rayada.

_ Música clásica prima-, desconecta el sociólogo visionario la radio de una certera toba.

Rosalía después de protestar sentida vuelve a conectar el prodigioso aparato…

_ Entonces usted señor Jimeno, desde su condición de catedrático de medicina, diagnosticar enfermedades por la huella que dejan en el iris, pinchar en puntos claves de las orejas…

_ Muy difícil su demostración-, contesta con la penetrante solemnidad que otorga la cátedra el señor Jimeno antes de que el periodista termine la pregunta.

_ ¿Y por qué esa coincidencia en reequilibrar el flujo energético para sanar?… Es algo que me inquieta mucho porque tengo un amigo físico que asegura que hay un punto en el que no sabe si está trabajando con materia o energía.

_ Con todos mis respetos-, sonríe Jimeno conciliador-, hay físicos que cuando se ponen a hablar de práctica médica alternativa son unos charlatanes por muy buenos que sean en lo suyo-, advierte el galeno en tono de precaución-… Las terapias bioenergéticas no son más que creencias.

_ Perdóneme que insista, pero es que me resulta muy chocante que las filosofías de las diferentes técnicas desemboquen en el mismo mar de la energía sanadora: la radiónica, la acupuntura, la kinesiología, la gemoterapia, el reiki…

_ Lea sobre las distintas religiones-, retoma la respetable palabra Jimeno sin permitir que el apasionado periodista termine-… Muchos de nuestros conciudadanos siguen necesitando creer que en la luz, que en la energía,… hay algo sobrenatural,… por eso cuando se ponen enfermos desean la mano sanadora de un omnipotente y omnipresente Dios Energético-, reflexiona con voz clara y tono empático el catedrático Jimeno.

_ ¿Influye también el hecho de que la medicina convencional sea tan agresiva físicamente y en su lugar se desee…

Carlo Magnánimo hastiado desconecta la radio. Con gesto de pesadumbre le ruega a Rosalía:

_ No me hagas escuchar estas conversaciones, porque con toda la caña que me da tu santa tía, rápido me entra complejo de enfermo.

_ La verdad es que es todo tan surrealista que…- queda callada en mitad del laberinto Rosalía.

Inmersos en el extraño espacio sonoro del hogar que en breve dejaría de servir de cobijo, se impuso la inconfundible orquesta apocalíptica de la familia de Eleuterio ascender por la estrecha escalera.

_ ¡A ver si va a pasar algo!-, exclamó temerosa a media voz bajo el suelo de doña Elvira la muy mentirosa mujer del chancho.

_ ¡Qué va a pasar!-, contestó el marido haciendo gala de mucho carácter de grasa agriada.

Empezaron los primos a cepillarse los dientes. A los pocos minutos se impuso la realidad. Sí´querían conciliar el sueño a una hora discreta, la única esperanza era el tacón del zueco, estampado contra el suelo con la fuerza del Dios de la Fragua, acompañado con una voz de sangre envenenada capaz de asustar al insomne maligno de negras alas.

_ ¡¡Gente de mal vivir, abusones desgraciaos!!… Todo porque han dado con buena gente…-, comprende Carlo Magnánimo la raíz del problema después del desgarro vocal.

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Published in: on May 1, 2024 at 9:16 pm  Deja un comentario